¿Qué huellas ha dejado Magdalena Sofía en mi vida?

Todavía estaba estudiando Trabajo Social en Bogotá, año
1979, cuando tuve que realizar una práctica en el colegio
de la Empresa de Teléfonos de Bogotá (ETB), donde  inicialmente sentí que el grupo no fue bien recibido ni acogido. Luego de vivir aquel primer momento, descarté el área educativa en mi ejercicio profesional diciéndome: ¡Nunca voy a trabajar en un
colegio!
Con esta decisión olvidaba que yo le había ofrecido mi carrera a Dios en el momento de elegirla, de modo que Él ya me tenía un plan trazado.
Así fue como en 1987 inicié mi trabajo como docente en el Instituto Cruzada Social (ICS) y teniendo la guía y orientación de la hermana Beatriz Escallón, qepd., comencé a reconocer la importancia de mi profesión en esta área. Al mismo tiempo conocí sobre Magdalena Sofía Barat, que a
través de sus Constituciones (10) nos enseña que somos enviadas por la Iglesia a comunicar el amor del Corazón de Jesús, y como ella, también hice vida esta convicción por medio del servicio educador, especialmente en la juventud.

Esta motivación fue alimentando cada vez más mi espíritu educador, reconociendo en mí que el
amor al Sagrado Corazón de Jesús, que se había iniciado en mi hogar, debía seguir siendo fortalecido con la compañía y experiencias de todas las religiosas con las que he tenido la oportunidad de compartir, y de formarme.
Fue tan maravilloso el caminar junto al Sagrado Corazón, Santa Magdalena Sofía y las religiosas, que los años pasaron sin darme cuenta, disfruté y gocé cada momento en las aulas y en la comunidad con las estudiantes, pasando por todos los niveles de la educación que tenía el colegio, desde Preescolar hasta 11 grado. Pero, además, se me dio la oportunidad de recoger los frutos de mis estudiantes bachilleres en la Universidad Simón Bolívar, donde ellas agradecidas con su colegio,
buscaban un hilo conductor para seguir vinculadas. Especialmente lograron acercarse aquéllas que ingresaron a estudiar Trabajo Social, Medicina y Enfermería, pues a través de un proyecto de
Salud Sexual y Reproductiva las agrupé para formarlas y proyectarlas hacia el trabajo comunitario con los jóvenes, a partir de la formación recibida en el ICS de Barranquilla.

Por esto y mucho más,  Magdalena Sofía ha dejado huellas en mi vida personal y familiar.
Finalizo retomando la oración que nos escribe la hermana Pilar Cardó desde el Perú: “Magdalena Sofía te pedimos que nos fortalezcas y hagas crecer la fe en nosotras las laicas misioneras, la familia del Sagrado Corazón y en nuestra patria. Ya que has amado tanto al Corazón de Jesús y ahora tienes vida nueva en Él, bendícenos y alcánzanos la gracia de llegar a ser fieles discípulas y misioneras. Que en Jesús tengamos vida en abundancia y proclamemos el reino de Dios en nuestra vida diaria”. Así sea.

Clara Inés Galindo García

Laica Misionera

Mayo 27 de 2023