Somos una comunidad en Cali que vivimos la misión iluminada por las Constituciones convencidas de que “esta etapa puede ser la más contemplativa de la vida y guardar a su vez toda su fuerza apostólica y profética por la sinceridad de nuestras relaciones y por la alegría con la que damos testimonio del amor fiel de Dios.”
Es el momento de creer que la vida se juega en lo cotidiano y gozamos con las cosas pequeñas que a la vez son nuestro servicio a la comunidad: cariño, compañía, acogida entre nosotras y con los demás. Asumimos la vulnerabilidad con sencillez como una oportunidad de experimentar confiadamente el paso de Dios que nos fortalece y nos llama, aunque también nos cuesta acoger nuestra propia vulnerabilidad y el deseo de tener una vida más activa.
Buscamos los medios para complementarnos y encontrar sentido a la vida por la oración y compartir con las personas que llegan. Nos cuidamos unas a otras desde nuestras realidades asumiéndonos como somos poniendo al servicio nuestras capacidades. Sentimos que el dolor de la humanidad toca nuestro corazón y se hace oración, siempre estamos pendientes de los acontecimientos nuestro mundo roto y bendecido.
La contemplación de la naturaleza que nos rodea es una invitación al cuidado de la casa común como servicio y compromiso. Agradecemos este espacio que nos lleva al agradecimiento y a disfrutar los espacios de paz.
Todo esto alimenta nuestro ser contemplativo y apostólico en esta etapa vital.
